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ASOCIACIÓN CIVIL MADRES DEL DOLOR

0800-22-AYUDA (29832)

Martina Miranda
16 años

El sábado 13 de febrero del 2016, en la víspera del Día de los enamorados, Silvia Fredes abrazó a su hija Martina Miranda, de 16 años, y le dijo lo de todos los días: que la amaba y que le mandara un mensaje de texto para saber adonde iba. La joven salió a festejar San Valentín junto a su novio y algunas amigas. Primero, fueron al cine y después a cenar a Plaza Armenia, en Palermo. La velada era amena: el murmullo de las risas y besos de muchos adolescentes salían de todos los restaurantes y bares del lugar.

Según lo relatado por su novio y amigas, esa noche ella estaba feliz. Se le notaba en su risa cálida como la luz del alba. Con su largo pelo negro y la piel tersa, Martina sobresalía por su belleza natural y su simpatía. Ninguno de los presentes en esa mesa imaginó en ese momento tan placentero, que horas más tardes ocurriría la tragedia, o mejor dicho, la negligencia fatal. Mucho menos que esa noche mágica de celebración se convertiría en un oscuro San Valentín de pérdida y dolor.